sábado, 2 de marzo de 2013

Presentación formal

En un principio, era el hombre y sus ropas... una sola unidad, y un solo ser... pero entonces, fue que una prenda empezó a destacar entre todas las que cubrían su cuerpo. Aquella fue definitivamente la corbata.

Aquel opresivo lazo alrededor del cuello, aquel ostentoso trapo sobre el pecho, aquella serpiente de tela hipnotizante, decidió un día, enseñorearse entre las otras prendas del guardarropa. Después de todo ella brindaba distinción y sin lugar a dudas, era el trapo más señorial que poseía su portador. Indudablemente, mientras el incauto se la ceñía al cuello, descubría que podía ser otro. Y sin embargo había pocos lugares donde lucirla en aquella ciudad decadente; menudo desazón para la corbata, que tenía que verse resignada al cajón. Pero eso fue hasta que a la muy zamarra se le ocurrió que podría haber un lugar donde siempre podría lucirse, sin importar la ocasión: el internet.

Es así que un día, en una de las acostumbradas lazos, terminó por hacerse uno con su portador. Ahora el portador y su corbata eran inseparables, y formaban una entidad claramente reconocible: había nacido el Sr. Corbata.

Sin embargo algunas cosas no salieron como ella deseaba: se veía obligada a compartir espacio con pantalones de vestir y zapatos formales... y una chaqueta de corte sencillo. Definitivamente su díscolo portador habia decidido trollearla con su último atisbo de voluntad. No importaba. En adelante, no sería la chaqueta ni los zapatos confeccionados en serie los que lo definieran: sería ella, la cobra real de satén y seda, la que se erguiría orgullosa como emblema de su portador.

Éstos son pues, los orígenes del Sr. Corbata, vuestro servidor, el digitador a las órdenes de Su Serenísima Majestad la Corbata, y éste es su blog, el humilde espacio donde decidió, por fin, salir a la luz.